Érase una vez un campesino leñador y su esposa que vivían no tan contentos en su granja, porque a diferencia de sus vecinos ellos no tenían hijos y con toda el alma deseaban unos; siempre tenían pláticas en las que hablaban al respecto de lo triste que era no tener pequeños en la casa,
Un día entre las pláticas la mujer dijo: “si tuviéramos tan sólo un hijo, aunque fuese tan pequeño como un dedo pulgar, lo amaríamos con toda nuestra alma”. Estas fueron las palabras mágicas que hicieron que la familia viviera una nueva experiencia; la mujer empezó a sentirse un poco enferma y resulta que traspasar siete meses en esa condición dio a luz a un hijo, uno realmente pequeño, como del tamaño de un dedo pulgar.
La sorpresa fue grata para la pareja, porque aunque su hijo era muy pequeño, estaba completo y saludable y se dedicaron felizmente a criarlo y alimentarlo de la mejor manera; aunque a pesar de todo nunca aumentó su tamaño, sin lugar a dudas el chico demostró siempre tener una mente muy inteligente y aprendía muy rápido y gracias a eso fue que logró tener una impresionante cantidad de aventuras cuando por fin pudo salir de casa.
Un día su padre, el leñador, se dirigía al bosque a buscar leña y poco antes de irse suspiró: “si tan sólo tuviese a alguien que me llevase la carreta para traer la línea al final del día” y cuando su pequeño hijo escuchó esta réplica, le dijo que él podía llevarle la carreta, sólo necesitaba que su madre lo pusiese en la oreja del caballo para guiarlo; decidieron que no estaba de más intentarlo y cuando llegó el momento, su madre alistó el caballo junto con la carreta y puso a Pulgarcito en la oreja de éste para que lo guiara. El chico le gritó por todo el camino al caballo: Arre, Soo, Tras y todas las indicaciones necesarias para llegar hasta donde su padre.
Durante el camino dos forasteros lograron escuchar que una voz le hablaba al caballo y se quedaron maravillados al ver que no había nadie, así que siguieron al caballo hasta su destino y se dieron cuenta de que Pulgarcito lo estaba guiando cuando su padre lo recibió; le ofrecieron al padre de Pulgarcito un poco de dinero por su hijo, para que se lo pudieran llevar y mostrarlo en un circo por todas partes y aunque él no quería, su hijo lo convenció de que lo dejara ir, todo para ayudarle económicamente.
Ese fue sólo el inicio, en adelante Pulgarcito escapó de los ladrones, luego lo volvieron a atrapar, luego se metió a la casa de un cura para librarse de ellos nuevamente; se quedó dormido en el pasto y despertó en el estómago de una vaca, luego mataron a la vaca y el estómago de la misma se lo comió un lobo y este lobo terminó en casa de los padres de Pulgarcito, donde también lo mataron y salvaron al niño y nunca más se volvieron a separar.